Silencioso anochecer sin tu presencia, es la luna,
cómplice de desventuras, amiga en
mi soledad.
La busco en cada lugar a la noche, es luz de plata
cuando acaricia la almohada, calma mi desazón.
Durmiendo así aparecen en mis ojos mil figuras,
de colores, que auguran siempre feliz despertar.
Mañana tú lo verás, dice una voz, suavemente,
en la estrella que
ilumina y produce bienestar.
Así la noche se pasa, entre los sueños ansiados,
pensando en que el ser amado, a mi lado estará.
Más sueño vano será, pues la verdad será otra,
Son fantasías,
ilusiones, del Poeta esta realidad.
Aceptar es el destino y la rueda de la vida, que,
impone a veces hostiga, porque sentir es amar.
Entonces cómo obligar, dejar lo que has querido,
cuando el destino, nunca
ya preguntará, el lugar.
He conocido contigo, tantas cosas, tanta vida,
he llorado afligida, han brotado tantas poesías,
que del Alma, como
notas atropellan cada día,
recobré ilusiones, emociones, osadía y alegría.
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