las fuerzas del destino se negaron quedé otro día, siempre igual.
Oh Dios mío, por qué, tantas sorpresas tantas afrentas y envidia,
celos, separan, mi
soñar. Si sólo ama mi Alma, hasta la
eternidad.
Por qué este sufrir a
veces después de esperar verte y mirar
tus ojos,
delirio que necesito, para poder sobrevivir en este mundo de
hombres,
que no entienden mi decir. Decir desesperado, un corazón, en llamas
que trata buscar la calma, ante tanta agresión y tan poco,
poco amor.
Me amarga tanto la vulgaridad y mentira, que hoy moneda
corriente es.
Tanto ha cambiado el hombre tanto, no para bien. Cuesta
tanto amoldar
códigos, que permanecen, que no quieres deshacer. Todo es
difícil, todo
pero hay que permanecer. Entre tanto desvarío y mentiras ya
nada es mío.
Encuentro en un mundo de ensueño, sólo emblemas, colores
energía,
que le dan luz a mi vida, luminosidad del sol y a la
noche ver la luna,
que se mece y balancea entre mis sueños plateados, oigo a mi
amado,
decir “te amo”, acaricio sus espacios, estrellas dejando su
resplandor.
Me repliego tantas veces a mi mundo, para olvidar como todo
cambia
No se, para bien o mal. El futuro lo sabrá. Me apasiona
volar, aunque,
tener siempre un cable a tierra, porque delirio siempre
cuesta, al caer.
¡Si lo sabré, cuánto dolor, cuántas lágrimas, cuánta, cuánta desilusión!
No hay comentarios:
Publicar un comentario