discreto, reservado, en emociones vividas contigo.
Miradas vivas, llenas de imágenes que desenrollo
y resguardo, para acompañar, horas de soledad.
Vivir sin ti, escalón invisible que
desconecta toda
fantasía en una realidad, por
momentos incómoda.
Tantas veces, en la oscura
inmensidad de mi dolor,
te llamo sin pensar, que no escucharas, mi queja .
Me transporto imaginando, con
reservas que quedan;
nuevamente al paraje ensueño,
refugio de las penas.
Es allí, solamente que vuelve la
paz, que ensombrecía,
el espíritu soñador, que mantiene la eterna sonrisa.
Regreso porque mi lugar es el que
elegí, con risa, llanto,
elegido sin querer, queriendo así,
sin promesas, amando.
Sin exigencias, ni tratos, sin
pedidos, sin rogarlo, sólo así,
sólo amando. Cada espacio, que aun
me separa y une a ti.
Todo y nada, que más da, si he
conocido la brisa, misterio,
desconocer todo lo que me acerca, sin haberte
conocido.
Percibir sí, lo más bello y
profundo del ser, el Alma a través
de la mirada, instalada con antojo,
en el océano de tus ojos.
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